Ayer, martes 5 de marzo de 2024, falleció en Bogotá don Basilio Méramo Chaljub a los 70 años de edad, víctima de un cáncer. Recibió los últimos sacramentos y estuvo asistido por don Arturo Vargas, sacerdote de la Resistencia. Murió feliz y tranquilo, acompañado de sus familiares, según informó Radio Cristiandad.
Fue superior de la Hermandad de San Pío X en España en tiempos difíciles, más modestos e indudablemente mejores y más firmes para la tradición católica. Desempeñó un formidable trabajo, especialmente en su Colombia natal y fue uno de los poquísimos sacerdotes que defendió la conclusión de la vacancia de la Sede apostólica desde una postura bien ponderada y en plena continuidad con el pensamiento y el obrar del Arzobispo Lefebvre. Fue expulsado de la Hermandad de San Pío X debido a su clara oposición a la nueva línea acuerdista y liberal que se iba imponiendo en la HSSPX. También destacó como gran apóstol de la tesis milenarista, que defendió con inteligencia y profundidad. Combatió y destapó todas las dudas que ofrece la sucesión apostólica del Arzobispo Thuc, amén de muchos de los errores sobre la infalibilidad papal que difunden los «sacerdotes» y «obispos» vinculados a este espurio linaje episcopal. Sus sermones no dejaban a nadie indiferente y, si bien se advertían excesos en sus formas, generalmente le animaba un sano espíritu de combate y una caridad verdadera.
La tradición católica, sobre todo la de habla hispana, está de luto. Don Basilio era de los poquísimos sacerdotes que, llegando a la conclusión correcta de la Sede vacante, no cayó en la tentación del linaje Thuc. También se mantuvo siempre leal a la figura del Arzobispo Lefebvre, a quien siempre defendió, mostrando su verdadera postura con respecto a la crisis de la Iglesia y no la edulcorada que hoy nos enseña la neo-Hermandad de San Pío X.
Don Basilio deja un enorme vacío en el remanente fiel, que, como decía recientemente, se ve abocado en una falsa dicotomía entre el acuerdismo claudicante de la actual HSSPX y la falsa solución del sedevacantismo visceral thucista. Rogamos oraciones por su alma, para que pronto Dios pueda tenerle en la Gloria.