La planificación familiar natural consiste en la evitación de la concepción mediante la abstinencia, planificada y deliberada, de la intimidad matrimonial durante los días de fertilidad del ciclo menstrual de la mujer. Es de suyo un pecado grave, pues atenta contra el fin primario del matrimonio y, lamentablemente, resulta un recurso habitual, no sólo entre los modernistas conservadores, sino también entre algunos católicos tradicionales. Algunos aluden a una serie de excepciones que justificarían la planificación familiar natural, pero en verdad éstas no son contempladas por la última gran encíclica que trata sobre este tema; la Casti Connubii de S.S. Pío XI. Ni siquiera aquélla del «peligro para la vida de la madre», como veremos a continuación en los siguientes puntos de la encíclica: 20. Viniendo ahora a tratar, Venerables Hermanos, de cada uno de los aspectos que se oponen a los bienes del matrimonio, hemos de hablar, en primer lugar, de la prole, la cual muchos se atreven a llam
El 24 de febrero de 1616 el Santo Oficio concluyó: «La proposición de que el Sol está estacionado en el centro del universo es absurda en filosofía, y formalmente herética, pues explícitamente contradice en muchas cosas a las Santas Escrituras; la proposición de que la Tierra se mueve y no es en el centro del Universo recibe el mismo juicio en filosofía; y con relación a verdad teológica es al menos errónea en la Fe». Durante el pontificado de Urbano VIII, en 1633, ante el Tribunal de la Santa Inquisición, Galileo fue acusado y hecho abjurar ━no por enseñar ciencia incorrecta━ sino por sospechoso de herejía. Todos los libros afirmando que la Tierra se mueve fueron colocados en el Index . En 1664, el Papa Alejandro VII publicó la bula Speculatores Domus Israel en la que fijaba un nuevo Index condenando todos los libros «que enseñasen de cualquier modo el heliocentrismo». Poco después del Concilio Vaticano I de 1870, en el que se definió la infalibilidad del Papa y, a consecuencia de