El antipapa Juan XXIII Históricamente, ha habido antipapas que han gobernado la Iglesia Católica. Esto es posible porque, de manera extraordinaria, Cristo puede suplir la autoridad de un falso Papa. Un Papa legítimo gobierna la Iglesia con una autoridad recibida de Cristo para tal fin, por el mero hecho de ser Papa. Como el papado es una institución esencial para el funcionamiento de la Iglesia, cuando falsos Papas –que no poseían dicha autoridad por ser ilegítimos– han gobernado la Iglesia por cierto tiempo, según enseñan los teólogos, Cristo ha suplido esa falta de autoridad por una cuestión de seguridad, para que –dentro de lo grave de la situación– afectara lo menos posible a la salud de las almas y al funcionamiento de la Iglesia.