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La piedad sentimental es auto-idolatría

La piedad misma no escapa a la acción de este pernicioso principio naturalista; la convierte en pietismo, es decir, en una parodia de la verdadera piedad, como se ve dolorosamente en las prácticas piadosas de tantas personas que buscan en sus devociones sólo las emociones sentimentales de las que ellos mismos pueden ser fuente. Son devotos de sí mismos, adoran sus propios pequeños sentimientos y ofrecen incienso a los ídolos tallados a su propia imagen. Esto es simplemente sensualismo espiritual y nada más.

Así vemos en nuestros días en tantas almas la degeneración del ascetismo cristiano (que es la purificación del corazón por la represión de los apetitos) y la falsificación del misticismo cristiano, que no es ni emoción, ni consuelo interior, ni ningún otro epicúreo. Debilidad del sentimiento humano, pero unión con Dios a través de un amor sobrenatural por Él y mediante la absoluta sumisión a Su santa voluntad.

Por eso es que la catolicidad de un gran número de personas en nuestro tiempo es una catolicidad liberal, o más bien, una falsa catolicidad. Realmente no es catolicismo, sino mero naturalismo, un puro racionalismo; es, en una palabra, paganismo disfrazado de formas católicas y usando lenguaje católico.

Félix Sardá y Salvany, versión en inglés de El liberalismo es pecado (Liberalism Is a Sin, 1899), Rockford: TAN, 1993, págs. 36-37.

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