Desde la elección de Robert Prevost como León XIV, se ha constatado el perfil discreto que adopta el nuevo reclamante de la Sede Apostólica. Con movimientos cuidadosamente medidos, parece confirmar las expectativas de una moderación tras las excentricidades del período bergogliano.
En estos primeros meses, se percibe en la Hermandad de San Pío X una calma estival, no exenta de ciertas publicaciones significativas, provenientes, como era previsible, de los Estados Unidos. Así, se ha ratificado mediante una publicación (que ya anteriormente se había producido en formato de vídeo) la aceptación del nuevo sacramento del orden, formulado por Annibale Bugnini e impuesto en junio de 1968, constituyendo el primer sacramento reformado. Este hecho, junto con el progresivo recha yozos de las confirmaciones sub conditione, representa uno de los puntos capitales que la HSSPX debía moderar para buscar una reconciliación con la Roma apóstata.
Con la vista puesta en el jubileo que próximamente se dará en Roma, todas las miradas están puestas en el gris León XIV quien, no obstante, ha sido recibido en los círculos indultistas-ralliés con un entusiasmo como si de San Pío X se tratara. Sorprende la rapidez con que algunos se habituaron a las barbaridades del «pontificado» anterior, tal que ya celebran cualquier gesto mínimamente conservador. Pero lo cierto es que la Hermandad ha entregado a Prevost, como lo hizo ya con Bergoglio, su futuro y continuidad, en un momento crítico tras el fallecimiento del Obispo Tissier de Mallerais, quien mantenía serias dudas sobre la validez del nuevo sacramento del orden, promoviendo las ordenaciones bajo condición. Tras su muerte, la necesidad de consagrar nuevos obispos se vuelve urgente.
En medio de este silencio, que se desenvuelve en una aparente quietud estival, elevamos nuestras plegarias por la firmeza, en primer lugar, y la unidad, en segundo, del remanente fiel fundado por el Arzobispo Marcel Lefebvre. Legado que parece encontrar una representación más fiel, aunque caótica, en la Resistencia liderada por el Obispo Williamson, q.s.g.h. Resistencia que, parece, está procurando mantener la unidad a pesar de las diferencias nada disimuladas que se dejaron apreciar, especialmente, tras la muerte del obispo inglés.