2.ª La predicación del Evangelio por todo el mundo. Esta señal es infalible, y una vez cumplida estará cercano el fin del mundo, pero es muy difícil de discernirse.
La explicación más fundada en verdad, es la siguiente: que cuando se aproxime el fin del mundo no habrá nación ni provincia habitada donde en algún tiempo no se haya anunciado la religión cristiana, ni región importante donde no se hayan levantado iglesias a Cristo.
Esto supuesto, bueno es notar que quien conoce a fondo la historia de la Iglesia y sigue el curso de sus actuales conquistas a la fe, sabe o por lo menos conjetura fundadamente, que poco falta para poder darse por cumplida esta señal. En el continente africano floreció generalmente la Iglesia, y penetra ahora en sitios a que acaso no había llegado jamás. En la China y en ambas Indias se han hallado vestigios de la predicación cristiana, muy anteriores a los descubrimientos de los cuatro últimos siglos, y que acaso arrancan desde los tiempos apostólicos, y en los actuales apenas hay región de aquellas partes donde no existan o no hayan existido cristianos. De la China lo asegura terminantemente uno de los misioneros de la Compañía de Jesús, que levantaron por orden de aquel emperador un plano topográfico de todo el Celeste Imperio. La Oceanía se halla poblada siglos ha de misioneros y cristianos; y en el Jubileo Sacerdotal de León XIII (1888) se hizo patente que apenas hay rincón de la tierra donde no se conozca la Iglesia y no se admire la autoridad del Obispo de Roma, y se le acate con cierta veneración sobrehumana.
Ángel María de Arcos S.I. Explicación del catecismo católico breve y sencilla (1.900), pág. 305.